EL EMPAQUE IMPORTA – FRASCOS

Ya hablamos sobre conservas y varias técnicas para su preparación. Ahora que ya tienes el conocimiento para abastecer tu almacén de alimentos para el próximo encierro o desastre tienes que empacar de forma correcta estos alimentos en conserva, pero. ¿Cuál es la forma correcta de hacerlo? ¿Qué tienes que tomar en cuenta a la hora de elegir el empaque o frasco a utilizar? Vamos a ello.

Como lo platicamos en los artículos de conservas, lo más común para su empaque es el envasado en frascos. Para estos frascos preferimos el vidrio ya que es un material que no se hace poroso como el plástico; es más fácil de limpiar, lavar, esterilizar y no guarda olores. 

Antes de que te decantes por un frasco de vidrio porque está bonito hay que tomar en cuenta antes el tamaño. El tamaño lo define el tamaño de las porciones que tienes pensado envasar. No es lo mismo envasar para 2 que para 8 personas. 

También, si tu idea es almacenar para el desastre tienes que tener en cuenta que es probable que la energía eléctrica no esté disponible por lo tanto debes de tomar en cuenta cuánto tiempo durará abierto el frasco con la conserva antes de terminarse. Al no contar con energía eléctrica tu capacidad de mantener los alimentos en buen estado se verá mermada. 

Frascos de tapa con rosca y a presión. Photo by Ehud Neuhaus on Unsplash

Listo. Ya tienes el tamaño ideal de frasco para tus conservas, pero no has terminado. Ahora sigue la tapa. Hay dos tipos de tapas que podrás encontrar: de rosca o de presión.

Puedes usar de los 2 tipos siempre y cuando cumplan con lo siguiente dependiendo del tipo de tapa: 

  • Las tapas de rosca deben de ser preferentemente de aluminio y en su interior deben de contar con un sello de goma en toda su orilla interior y en la base un recubrimiento plástico. Estos tienen la función de ayudar a sellar de forma hermética y de proteger contra el óxido.
  • Las tapas de presión deben de tener la capacidad de cerrar el frasco de forma hermética con la ayuda de un empaque y de soportar el calor sin sufrir daños en su integridad, por motivos de esterilización. 

El siguiente paso sería la esterilización pero antes de esto debes de fijarte que el frasco no tenga fisuras; el borde de la boca y la rosca (si son de rosca) no tenga muescas. Las tapas deben de tener íntegras las partes plásticas y no tener grietas, abolladuras o dobleces que eviten que cierren de forma hermética.  

Ahora que ya tienes los frascos del tamaño adecuado y las tapas correctas es hora de esterilizar. Para esto hay varias formas:

  • Calor seco: los frascos se colocan dentro del horno y se dejan por 20 minutos a 110°C. 
  • Calor húmedo: se colocan los frascos en una olla con agua hirviendo y deja hervir por 20 a 30 minutos.
  • Forma química: para este método se utilizan soluciones indicadas para desinfección y que son de grado alimenticio. Su uso depende de las indicaciones del fabricante. 

Ahora sí estás listo para envasar tus conservas. Una vez hecho esto podemos dejar enfriar y guardar apropiadamente o aplicar una segunda esterilización o también llamado pasteurización del cual ya hablamos en este artículo y en este video

¿Tienes frascos usados y quieres darles uso para guardar tus conservas? Úsalos, toma en cuenta que tanto los frascos como las tapas usadas tienen que cumplir los puntos anteriores antes de que los utilices para envasar tus conservas. Si no cumplen los puntos anteriores y los usas para este fin, correrás el riesgo de que el producto se dañe y se convierta en un potencial peligro para tu salud. 

Hay productos que pueden ser envasados en otro tipo de empaques pero ese es tema para otro artículo. De momento no olvides seguirnos en nuestras redes sociales.

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