Las trincheras de la Primera Guerra Mundial

Eres parte de alguno de los ejércitos beligerantes en el frente occidental europeo de la Gran Guerra. Tus órdenes: Mantener el frente firme. Pero… no tienes dónde cubrirte. ¿Qué haces para no estar a merced de tus enemigos? ¡Cavar trincheras!

 

Trinchera Británica en el río Somme, en 1916. Se observan varios soldados intentando dormir, mientras un centinela monta guardia. Fotografía de John Warwick Brooke.

Cavando y sobreviviendo

La ineficacia de las viejas tácticas no le sucedió sólo a los franceses, como mencionamos en nuestra entrada anterior. Tanto los ataques alemanes en Rusia y los austriacos en Serbia se vieron frustrados, por básicamente la misma razón: aplicación de tácticas militares obsoletas, en contra de armamento defensivo de última generación.

El poder destructivo de la artillería era tan aplastante, que los ejércitos en el frente occidental debieron comenzar a cavar trincheras para protegerse. Incluso, se debieron cambiar los cascos que utilizaban las tropas: al inicio de la guerra, se utilizaban gorras de tela o cascos de cuero endurecido, mismos que no protegían contra las esquirlas de metal de la artillería que explotaba sobre las trincheras.

No fue sino hasta 1915 que los franceses migraron al casco Adrian y los británicos al Brodie; mientras que los alemanes esperaron hasta 1916, cuando migraron al famoso Stahlhelm, que se convirtió en sinónimo de sus fuerzas armadas, con algunas pequeñas modificaciones, hasta 1945.

Un joven soldado alemán usando un Stahlhelm, durante la batalla del Somme en 1916. Fotografía de Bundesarchiv.

Nada de pelear de día y descansar de noche

Antes de la Gran Guerra, las batallas duraban unas cuantas horas. Desde 1914, las batallas comenzaron a durar días ininterrumpidos, incluso semanas. A partir de la semana del 15 al 18 de septiembre de 1914, alemanes y franco-británicos comenzarán “la carrera hacia el mar”, en una sucesión de batallas donde ambos ejércitos intentan flanquearse unos a otros a lo largo del río Aisne, en el norte de Francia.

En esa carrera hacia el mar, los ejércitos iban dejando un rastro de boquetes en el terreno que se extenderían desde el canal de la mancha, hasta la frontera con Suiza. De esta manera, las tropas construían lo que sería su hogar en los siguientes meses y años, las trincheras.

Este fue el primer gran cambio táctico que provocó la gran guerra: al inicio, las trincheras no eran más que unos pequeños hoyos en la tierra, no muy profundos, a veces apenas suficientes para no dejar a un hombre acostado al ras de suelo.

Al paso de los días y meses, pasaron de ser unos pequeños resquicios a pasadizos completos, con habitaciones construidas para el descanso de las tropas, interconexiones entre unas trincheras y otras, teniendo la línea de frente demarcada por una franja muy delgada de terreno entre los ejércitos; pedazo de terreno que sería conocido con el infame nombre de “tierra de nadie”. Se desplegaron muchos obstáculos, como zanjas de profundidades variables y kilómetros de alambre de púas.

Miles de personas murieron en los campos de batallas durante la guerra de trincheras, puesto que se intentaron muchas ofensivas por ambos bandos, las cuales eran detenidas en la tierra de nadie y rara vez lograron avanzar hasta la trinchera enemiga, por lo que los avances en campo abierto y las cargas de la infantería comenzaron a ser percibidas como un suicidio seguro.

Fotografía editada y combinada para darle un efecto más dramático, después de la batalla de Passchendaele, donde medio millón de jóvenes murieron por poco menos de diez kilómetros de terreno. Fotografía de Frank Hurley.

Estancamiento en el frente occidental

Resultó entonces, que el método elegido para proteger a los soldados (o mejor dicho para mantener el frente), la trinchera, resultó ser demasiado efectivo y perpetuó el frente de tal manera, que se mantuvo estático por años, causando cantidades monstruosas de bajas como en la primera batalla del río Somme, donde los británicos perderían en solamente un día, a más de cincuenta mil soldados, entre muertos y heridos.

Para romper el estancamiento, alemanes y franco-británicos idearían distintas tácticas. De eso, hablaremos en el futuro.

Para saber más:

Canal “The Great War” https://www.youtube.com/user/TheGreatWar

4 thoughts on “Las trincheras de la Primera Guerra Mundial”

  1. Muy articulo, por favor continua con la serie de la primera guerra mundial.

    Demasiadas cosas interesantes.

    1. ¡Qué bueno que te gustó! La primera guerra mundial tiene mucho material, pero por esta ocasión, nos enfocamos detenidamente en el estilo de lucha; aunque se seguirá expandiendo. ¿Tienes algún tema para sugerirnos?

  2. Serge&Destroy

    “Nada de pelear de día y descansar de noche”
    Efectivamente, pues una de la tácticas que se fueron desarrollando fueron las “incursiones” nocturnas, donde la oscuridad de la noche permitía cruzar la “tierra de nadie” y se prefería el combate melee con armas improvisadas de objetos que se encontraban en las trincheras para mantener el elemento sorpresa.

    1. ¡Cierto! Y no es que antes no se hubiese peleado de noche. Pero en las guerras europeas anteriores era normal descansar por la noche y continuar una batalla ya comenzada, aunque era más común que durasen pocas horas. Por aquello del sentimiento de “caballerosidad” entre generales y reyes.

      Justamente hablaremos de esas incursiones que se vieron como “novedad” durante la gran guerra, quédate al pendiente para ver más en nuestro sitio.

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