Los aires venenosos de la Gran Guerra: Gases mortales.

Estás esperando el bombardeo enemigo desde un resquicio en tu trinchera, comienzas a escuchar las bombas chiflando mientras caen al suelo, como tantas otras madrugadas durante los últimos meses. Nada nuevo. Entonces, comienzas a percibir un suave olor… como a heno fresco. ¡Rápido muchachos! ¡NOS ATACAN CON GAS!

Durante la Gran Guerra, se utilizaron varios tipos de armas químicas en forma de gases asfixiantes. Así lo platicamos en nuestra entrada anterior.

El gas pronto se convirtió en la peor pesadilla de los soldados en las trincheras. Se temía más el ataque químico que los pesados bombardeos de artillería o los avances de la infantería enemiga. Y es que, la artillería la escuchabas caer, al enemigo lo veías venir. Al gas, ya que lo lograbas percibir, solía ser demasiado tarde, lo ibas a pasar mal. Muy mal.

Ataque con gases, Dominio Público.

Gran variedad, con un solo propósito: La muerte.

Los principales gases que se utilizaron durante la Gran Guerra fueron:

Gases lacrimógenos: Diseñados para incapacitar al enemigo, se usan hasta nuestros días para controlar manifestaciones violentas y motines. Atacan las mucosas de los pulmones y garganta, además de los ojos claro, pues a su víctima la hace llorar.

Todas las naciones beligerantes lo utilizaron alguna vez, pues ninguno de ellos lo creyó como infracción a la convención de Ginebra de 1899.

Gas Cloro: Utilizado por primera vez por los alemanes, puede ser letal en altas concentraciones. Tiene un color verde grisáceo, así que puede verse en el aire. Los tejidos blandos de la cara, así como del aparato respiratorio son los más afectados. Al mezclarse el gas con la humedad en el aire, se convierte en ácido clorhídrico, que causa severas quemaduras químicas en la piel y los tejidos internos de las víctimas. Su olor irritante, como al olor a cloro común que conocemos, lo delataba.

Fosgeno: Es el nombre común del compuesto oxicloruro de carbono, fabricado también a base de cloro. Era más letal que el anterior, pero sus efectos no eran inmediatos, sino que podrían incapacitar o matar a las tropas hasta 24 horas después de haber estado expuestos. Es incoloro y su olor es agradable, como a heno o pasto recién cortado. Este gas fue el más letal de todos, puesto que mató más soldados que los demás gases juntos.

Gas mostaza: El más infame, fue creado por los alemanes y utilizado en 1917. Es letal, aunque no mató a la mayoría de sus víctimas, pero tiene características terribles: Las máscaras antigás son inefectivas en su contra, además de que es doloroso. Al contacto con la piel, crea grandes ampollas amarillas; además, no se disipa. Queda en altas concentraciones en todas las cosas que toca, quedándose en el terreno y las cosas “gaseadas” durante semanas, meses y a veces años. Por esta razón, cuando se utilizaba, los atacantes no intentaban tomar las posiciones bombardeadas, por temor a los efectos nocivos que tendría en ellos.

Quemaduras causadas por gas mostaza. Dominio público.

Si bueno, terrible y todo, pero… ¿mortal?

Comparado con todas las demás armas utilizadas en la Gran Guerra, los gases tóxicos son realmente inefectivos como arma letal. Únicamente el 3% de todas sus víctimas, a lo largo de toda la guerra, murieron por su causa. Y solamente el 2% de todas sus víctimas quedó incapacitada severamente de por vida.

Los efectos inmediatos al estar expuestos, eran: dolor de pecho y cabeza, dificultad para respirar, irritación de las mucosas de la cara y los pulmones y en los casos más severos, desmayos y ceguera. Obviamente, al estar expuesto demasiado tiempo, los soldados morían.

Soldados Británicos con más caras antigás durante la Gran Guerra. 1916. Dominio Público.

¡Esos malvados alemanes! ¡Ellos empezaron! ¿No?

En realidad, la primera nación que utilizó gases, fue Francia. Durante la etapa de la guerra de movimientos, a inicios de la guerra en 1914, utilizaron granadas lacrimógenas para intentar incapacitar a los alemanes.

Posteriormente, los alemanes utilizaron grandes cantidades de gas lacrimógeno contra los rusos en enero de 1915, pero las condiciones de frío extremo evitaron que el gas de esparciera por la atmósfera.

Pero no se dieron por vencidos. En abril de 1915, durante la primera batalla de Yprés, los alemanes atacaron con gas las posiciones franco-argelinas con gas, que causó pánico entre las líneas aliadas.

Los alemanes quedaron tan sorprendidos con su éxito, que no avanzaron, permitiendo que británicos y canadienses ocuparan las trincheras que fueron recientemente abandonadas por sus compañeros.

Gaseados. Pintura al óleo en lienzo de John Singer Sargent. 1919. Dominio Público.

Un arma terrible, efectivamente inefectiva.

Es un arma inestable, que está a merced de los elementos. Durante la batalla de Loos, en 1915, los británicos utilizaron grandes cantidades de gas en contra de los alemanes. Pero al muy poco tiempo de haber comenzado el ataque, el gas se les regresó a los británicos, causándoles dos mil bajas y siete muertes por la exposición.

 

Existen pasajes terribles y fascinantes que hablan del terror de los gases en la Gran Guerra… De eso hablaremos en nuestra próxima entrada.

 

Para saber más:

Canales de YouTube:

The Great War.

 

1 thought on “Los aires venenosos de la Gran Guerra: Gases mortales.”

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