El polvo se levanta y llega a la ciudad desde el desierto. Los soldados de la coalición sienten nerviosismo, sabiendo lo que le pasó a los operadores civiles apenas hace unos días. Son las batallas de Faluya.
Como lo vimos en nuestra entrada anterior, los estadunidenses tomaron la determinación de derrocar a Saddam Hussein a cualquier costo. Una vez que el gobierno de Iraq colapsó, el caos se apoderó de la nación musulmana.
Grupos terroristas comenzaron a tomar bastas porciones de territorio, así que los invasores tuvieron que pacificar el país. O por lo menos lo intentaron.
Faluya de la calma a la destrucción casi total
Faluya es una ciudad situada al oeste de la capital iraquí, en una margen de río Éufrates.
De importancia limitada, la ciudad se mantuvo en relativa calma durante las operaciones de la “Coalición de la Voluntad” en contra del gobierno de Saddam Hussein.
Sin embargo, un hecho aparentemente aislado, desencadenaría batallas que entraron a la psique colectivas estadunidense como las más difíciles que debieron librar desde la guerra de Vietnam.
La emboscada a los contratistas y la respuesta de la coalición
El 31 de marzo de 2004, un grupo de contratistas militares estadunidenses pertenecientes a Blackwater, sufrió una emboscada mientras custodiaban un convoy con comida, siendo abatidos 4 contratistas y siendo sus cuerpos arrastrados por la ciudad y colgados de un puente sobre el río Éufrates.
Los hechos fueron filmados y mandados a las agencias de noticias de todo el mundo, lo que provocó una oleada de indignación en los Estados Unidos.
Al día siguiente, 1° de abril de 2004, el General Brigadier Mark Kimmit prometió una avasalladora respuesta en respuesta a estas ejecuciones, cuando declaró que “pacificarían la ciudad”.
Para el 3 de abril, la 1ra Fuerza Expedicionaria de Marines en Iraq recibió la orden de la Fuerza de Tarea Conjunta, para avanzar sobre Faluya. Tal orden, fue recibida con resistencia por parte de los comandantes de los Marines, que deseaban hacer golpes quirúrgicos en la ciudad y escaramuzas aisladas.
Una ciudad en estado de sitio en el siglo XXI
La noche del 4 de abril, una fuerza de 2000 marines montó sitio a la ciudad. Se bloquearon las carreteras de la ciudad, se tomó la estación de radio local y se repartieron panfletos dirigidos a la población en general, para que se mantuvieran en sus casas y ayudasen a los estadunidenses a identificar a los insurgentes que participaron en el ataque contra los contratistas.
Sin embargo, se estima que un tercio de los habitantes de Faluya abandonó la ciudad en los primeros días del sitio. Los combates comenzaron. Insurgentes armados con RPGs, morteros, ametralladoras y armas anti aéreas plantaron cara a las tropas de la coalición.
Al mismo tiempo que la batalla de Faluya tenía lugar, varios levantamientos armados contra los invasores sucedieron en el cauce del Éufrates, siendo alimentados por grupos insurgentes, calificados como terroristas por la coalición, pero que llegaron a ser apoyados por la población civil y por las mismas autoridades policiacas iraquíes.
Aprovechando su superioridad aérea, los estadunidenses atacaron varios puntos de la ciudad con aviones AC-130. Asimismo, se utilizaron equipos de francotiradores para eliminar por lo menos 30 objetivos humanos durante esa fase de la campaña.
Atacados por Metallica y AC/DC
También se utilizaron tácticas de guerra psicológica, donde los marines daban discursos que hacían enojar a los insurgentes, mientras les molestaban con música de bandas de rock pesado durante horas.
Si bien todas estas tácticas resultaron efectivas, también comenzaron a provocar víctimas civiles, lo que provocó que el consejo de gobierno de Iraq calificase la operación como ilegal e inaceptable.
El 9 de abril, se ordenó un cese al fuego para que el consejo de gobierno entablase pláticas con los insurgentes, lo que permitió que ayuda humanitaria llegase a la ciudad. Sin embargo, tanto estadunidenses como insurgentes aprovecharon el alto al fuego para fortificar sus posiciones.
Para estas fechas, las bajas entre los iraquíes se estimaban en al menos 600, constituyendo por lo menos la mitad bajas civiles.
Indignación internacional y fuego amigo
Hubo reportes de bajas entre los marines causadas por fuego amigo, así como la destrucción de mezquitas por ataques aéreos, lo que causó indignación internacional.
Al final, el 1° de mayo de 2004, se ordenó la retirada de la ciudad de los marines, cuando se decidió entregar la seguridad a la “Brigada Faluya” comandada por un antiguo general del régimen de Saddam Hussein, mismo que fue entrenado y armado por la CIA. Sin embargo, para septiembre de ese mismo año, el grupo se unió a los insurgentes.
Una vez más, las tácticas empleadas por la CIA para ganar la fidelidad de los pueblos invadidos, no funcionaron. La pérdida de la “Brigada Faluya” provocaría la segunda batalla en esta misma ciudad.
De ella hablaremos en nuestra siguiente entrada.
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