Tropas alemanas avanzan en el páramo del Somme.

A la cabeza de la Kaiserschlacht

Las nuevas tácticas militares desarrolladas por el ejército imperial alemán como respuesta al estancamiento del frente occidental desde 1914, serían puestas a prueba hasta la ofensiva alemana de 1918: la Kaiserschlacht.

El enfoque metódico que describimos en nuestra entrada anterior, fue abandonado para la ofensiva de 1918.

Básicamente, se redujo el ataque a los puntos más fuertes del frente para que el enemigo entrase en pánico: con granadas, morteros y lanzallamas, pero siguiendo hasta un objetivo principal, sin tomar esa posición. Es decir, se debía romper la concentración del enemigo, magnificando el efecto de “shock” por la sorpresa y la velocidad del ataque, así como la intempestividad de su terminación.

La cabeza de la última ofensiva alemana: Los Stosstruppen
La cabeza de la última ofensiva alemana: Los Stosstruppen. Bundes Archiv.

Las nuevas tácticas se ponen a prueba.

Para la gran ofensiva alemana de la primavera de 1918, no solamente se buscaba penetrar el frente enemigo, sino romperlo. Se debía no solamente tomar las trincheras enemigas, sino atravesarlas y atacar la retaguardia aliada.

La táctica que se decidió desplegar, puede describirse de la siguiente manera: Pequeños grupos de exploradores realizaban el reconocimiento previo. Al iniciarse el ataque, se realizaban bombardeos progresivo de artillería pesada, que fuesen barriendo las posiciones enemigas al momento inmediato anterior al avance de la infantería.

Asimismo, los Stosstruppen debían avanzar con ametralladoras ligeras, apoyados por los rifles de la época, así como por morteros ligeros y ametralladoras pesadas donde los permitiese el terreno. El objetivo era abrumar al enemigo con fuego de varios tipos, proveniente de muchas direcciones.

Debía privilegiarse el momentum: Si al ataque se encuentran baluartes demasiado fuertes, se deben rodear y no intentar tomarlos, ni se deben limpiar las trincheras. Lo que importa es llegar al objetivo principal.

Howitzter alemán de 21cm siendo remolcado al área del ataque.
Howitzter alemán de 21cm siendo remolcado al área del ataque. Fotógrafo desconocido.

La Operación Michael: Todo o nada para Alemania.

Aunque estas tácticas fueron muy efectivas, sobre todo en el frente británico a cargo del Quinto Ejército del general Hubert Gough, donde los alemanes consiguieron tomar las primeras posiciones defensivas británicas, pero los alemanes fueron detenidos ante la segunda sección de defensa aliada.

Y no obstante esto, los alemanes lograron casi desintegrar al Quinto Ejército británico, porque no estaba suficientemente reforzado y el despliegue de tropas se realizó al frente en posiciones fortificadas, no en líneas, lo que provocó que fuesen rodeados y eliminados después.

Al terminar del primer día de la Operación Michael, primera parte de la Kaiserschlacht, el 21 de marzo de 1918, solamente uno de los tres ejércitos alemanes que iniciaron la ofensiva tuvo avances importantes, mientras que los dos restantes tuvieron ganancias marginales.

Entonces, el Mariscal alemán Erich Ludendorff trató de reforzar el éxito táctico alcanzado, pero sacrificó la victoria operacional, y consecuentemente, el éxito estratégico del plan.

Soldados alemanes moviendo cañones y suministros a caballo por el terreno lodoso.
Soldados alemanes moviendo cañones y suministros a caballo por el terreno lodoso. Bundesarchiv, Bild 146-1974-054-18 / CC-BY-SA 3.0

Logística: ¿El mejor aliado o el peor enemigo?

Ludendorff movió los esfuerzos logísticos de un ejército a otro, en una época cuando los recursos eran movidos a caballo. Tales recursos entonces se movían con lentitud y no alcanzaron sus objetivos con la rapidez necesaria para el éxito masivo que Alemania necesitaba.

Al final, los cambios de planes sobre la marcha, los problemas de logística, la falta de un mando unificado, la falta de una artillería pesada móvil, y el cansancio mismo de las tropas, aunado a que el mando alemán prefirió machacar a los defensores, antes de cortar sus líneas de aprovisionamiento; resultaron en el abandono de la ofensiva el 5 de abril de 1918.

Estas tácticas, si bien fracasaron en darle el triunfo al Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial, indudablemente sentaría las bases para las tácticas que serían utilizadas por la Wehrmacht, que resultarían en la derrota casi total de los aliados desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, hasta perder la iniciativa estratégica definitivamente tras el fracaso de la operación Ciudadela, en 1943.

Tropas alemanas avanzan en el páramo del Somme.
Tropas alemanas avanzan en el páramo del Somme. Fotógrafo desconocido.

Bueno… ¿Y qué pasó?

¿Cómo respondieron los aliados occidentales a la ofensiva alemana? Aunque fueron muchos los factores que ayudaron a la derrota teutona, hay una que resalta de entre todas: Tanques. De ellos hablaremos en nuestra próxima entrada.

 

 

Para saber más:

Canales de YouTube:

Military History Visualized.

The Great War.

Revista Desperta Ferro – Contemporánea Número 26.

3 thoughts on “A la cabeza de la Kaiserschlacht”

  1. Orale, no sabia de estas estrategias durante la Gran Guerra.

    Que buenos chingazos se han de haber dado y mas por el equipo que utilizaban.

    Me gusta la parte de asaltar y no atacar trincheras ni obstaculos si no seguir asaltando.

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      Asi se sintió la ofensiva rusa en The Latin American Escalation el sábado en la mañana, shock and awe, barrieron Patrol Base Alpha y se siguieron a Bravo.

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      Desgraciadamente, sí estuvieron buenos los cates: En la batalla de Passchendaele, peleando entre el lodo, lluvia, muerte y destrucción por todos lados… Avanzar seis millas costó al rededor de 450,000 vidas de soldados. 75k jóvenes que no regresaron a casa, por milla. Es una monstruosidad.

      Por cierto, si no lo conoces, te recomiendo mucho este canal:

      https://www.youtube.com/watch?v=8p8dn4UlVk0

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