Iraq parte 8. Desde la caída de Saddam hasta la guerra civil en 2006

9 de abril de 2003. Los tanques estadunidenses aparecen en el horizonte y se acercan a la plaza de Firdos, hacia la estatua de Saddam Hussein. Con un tanque de recuperación, comienzan a demoler la estatua y lo presentan en los medios como una rebelión… aunque en realidad es una escena montada para los noticiarios. Es la caída de Saddam.

 

Hemos visto a lo largo de todas las partes anteriores, el desarrollo de la guerra de los Estados Unidos contra Saddam Hussein. Y aunque su gobierno se desmoronaría al patear la estructura podrida, quedarían muchos años de ocupación y guerra.

 

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U.S. Marines from the 2nd Battalion, 1st Marine Regiment escort captured enemy prisoners of war to a holding area in the desert of Iraq on March 21, 2003, during Operation Iraqi Freedom. Operation Iraqi Freedom is the multinational coalition effort to liberate the Iraqi people, eliminate Iraq’s weapons of mass destruction and end the regime of Saddam Hussein. DoD photo by Lance Cpl. Brian L. Wickliffe, U.S. Marine Corps.

“Solo tenemos que dar una patada en la puerta y toda la estructura podrida se vendrá abajo”

La caída del gobierno de Saddam Hussein fue un proceso rápido que comenzó con la invasión por parte de Estados Unidos y sus aliados en marzo de 2003.

Como bien se sabe, la invasión se lanzó bajo el pretexto de que Iraq poseía armas de destrucción masiva y estaba apoyando el terrorismo, aunque estos argumentos jamás se comprobaron y por el contrario, posteriormente se comprobó que no había armas de destrucción masiva en el país.

Una vez lanzada la invasión, el avance de las tropas estadounidenses fue veloz. En cuestión de semanas, las fuerzas de la coalición tomaron control de varias ciudades clave en Iraq.

La resistencia del ejército iraquí, que se esperaba que fuera feroz, resultó ser mucho menos efectiva de lo que se había anticipado. El 9 de abril de 2003, las tropas estadounidenses llegaron a Bagdad, y fue en ese momento que se produjo uno de los símbolos más poderosos de la caída de Saddam.

 

El derribo de la estatua gigante de la Plaza Firdos.

Aunque algunos iraquíes participaron en la destrucción de la estatua, la escena no fue un acto puramente espontáneo de rebeldía popular. De hecho, las tropas estadounidenses desempeñaron un papel crucial en el evento.

Fueron ellos quienes iniciaron la demolición al utilizar un tanque de recuperación, para derribar la estatua. Además, se sabe que el número de iraquíes presentes en la plaza era relativamente pequeño, y muchos fueron alentados o incluso traídos por los soldados estadounidenses.

Las imágenes de esa estatua cayendo se transmitieron por todo el mundo, representando el fin de su régimen.

A medida que Bagdad caía en manos de las fuerzas de la coalición, Saddam Hussein desapareció de la vista pública. Su gobierno se desmoronó rápidamente; las instituciones del Estado colapsaron, y la capital y otras ciudades cayeron en el caos, con saqueos generalizados y un vacío de poder que las tropas estadounidenses no pudieron controlar de inmediato.

Saddam, mientras tanto, escapó y se dirigió hacia el norte, a la región de Tikrit, su ciudad natal y uno de sus bastiones de apoyo más leales. Desde allí, intentó mantenerse oculto mientras las fuerzas de la coalición buscaban capturarlo.

 

 

Operación Red Dawn

Fue la misión que llevó a la captura de Saddam Hussein, y fue una de las operaciones más significativas durante la ocupación estadounidense en Iraq. El 13 de diciembre de 2003, las fuerzas estadounidenses recibieron información de inteligencia que indicaba que Saddam podría estar escondido en las cercanías de su ciudad natal, Tikrit.

Fuerzas especiales de la coalición, lanzaron la operación “Red Dawn”, que fue nombrada así en honor a una película de los años 80. La operación se centró en las afueras del pequeño pueblo llamado ad-Dawr, cerca de Tikrit.

Tras cercar la zona, los invasores comenzaron a registrar meticulosamente cada lugar, hasta que dieron con un pequeño escondite cubierto con tierra y escombros, donde estaba oculto Saddam.

Fue encontrado desaliñado, con una espesa barba, y portaba una pistola, pero no opuso resistencia cuando fue aprehendido. Después de su captura, se le puso bajo custodia y fue confirmada su identidad mediante pruebas de ADN.

 

El proceso contra Saddam y su ejecución

Después de su captura, Saddam fue entregado al gobierno provisional iraquí, que había sido establecido bajo la ocupación estadounidense.

Fue sometido a juicio por el Tribunal Especial Iraquí, un tribunal creado específicamente para procesar a los líderes del régimen de Hussein por crímenes contra la humanidad.

En noviembre de 2006, fue condenado a muerte por ahorcamiento debido a su implicación en la masacre de 148 chiitas en la ciudad de Dujail en 1982.

La ejecución de Saddam se llevó a cabo el 30 de diciembre de 2006. Aunque el juicio y la ejecución fueron gestionados por las autoridades iraquíes, el proceso se llevó con una inusitada rapidez, sin que fuera reconocida la jurisdicción del tribunal por el reo y con una amplia cobertura de los medios occidentales.

 

Cada año se pone peor la situación

Ya hablamos de acontecimientos sucedidos en 2004.

Ahora bien, durante los años 2005 y 2006, Iraq atravesó un período de intensificación del conflicto en medio de la ocupación estadounidense.

En 2005, hubo un intento por estabilizar el país políticamente, celebrándose las primeras elecciones parlamentarias desde la caída de Saddam, lo que llevó a la formación de una Asamblea Nacional de Transición encargada de redactar una nueva constitución.

En octubre, se aprobó esta constitución mediante un referéndum, y en diciembre se celebraron elecciones bajo el nuevo marco constitucional. Sin embargo, a pesar de estos avances políticos, la situación sobre el terreno era extremadamente inestable.

La insurgencia sunita, que se sentía marginada por el nuevo orden político dominado por chiitas, continuó creciendo en fuerza y violencia.

Grupos como Al-Qaeda en Iraq, bajo el liderazgo de Abu Musab al-Zarqawi, intensificaron sus ataques, dirigidos tanto contra las fuerzas de la coalición como contra los chiitas.

Al mismo tiempo, milicias chiitas emergieron como actores poderosos, respondiendo a la insurgencia con su propia violencia, lo que llevó a una escalada en los enfrentamientos sectarios.

En 2006, la situación se deterioró aún más. Un punto de inflexión fue el ataque en febrero contra la Mezquita Dorada de Samarra, un importante sitio chiita. Este ataque desató una ola de violencia sectaria sin precedentes, llevando al país al borde de una guerra civil.

Las calles de Bagdad y otras ciudades se vieron envueltas en asesinatos diarios y enfrentamientos entre milicias y grupos insurgentes. En medio de esta creciente violencia, Nuri al-Maliki asumió el cargo de primer ministro en mayo, tras difíciles negociaciones entre las facciones políticas.

A pesar de sus esfuerzos por estabilizar el país, la desconfianza y el resentimiento entre las diferentes comunidades étnicas y religiosas dificultaron enormemente la gobernabilidad.

 

Y todavía nos quedan años de ocupación. De eso hablaremos en nuestra próxima entrada.

 

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